Casa en Mondoi
Con un presupuesto muy ajustado, decidimos plantear una propuesta que nos permitiera trabajar en el estudio de una tipología característica en Galicia ( vivienda de 10x10m, cubierta a cuatro aguas, construcción adjetiva…),para generar una arquitectura de calidad tratando de cualificar lo cotidiano.
Decidimos posicionarnos de modo que el desnivel del terreno nos permitiera hacer desaparecer la «construcción de servicio». El garaje y los cuartos de instalaciones desaparecen y pasan a formar parte del territorio.Esta operación genera una barrera visual y sonora respecto a la carretera y simultáneamente provoca la reducción de la escala.
La vivienda se piensa con la vocación de refugio, pero introduciendo un lucernario como elemento de variabilidad, un acontecimiento que provoca que la vivienda sea cambiante cada día.Todo el proyecto se genera a partir de un espacio central conectado al exterior en sus cuatro orientaciones a través de espacios de transición, que protegen y delimitan filtros entre interior y exterior. El umbral de entrada; otro más íntimo anexo al dormitorio principal; el porche del salón; el lucernario y el comedor ( en el interior).
Este espacio central se piensa como un vacío que extiende los ejes horizontal y vertical y explora las posibilidades volumétricas y perceptivas a través de la incidencia de la luz y la contemplación del exterior.
Entendimos que la identidad de la vivienda debía de construirse y definirse a partir de los elementos habituales de las viviendas del desarrollismo en Galicia. Fachada de ladrillo enfoscada y pintada, cubierta de teja, canalones, porches… La madera (pino melis, en interior e iroko tintado en los umbrales) aportaría el tacto y calidez que buscábamos en los espacios domésticos.
Fotografías: Héctor Santos-Díez