Centro social Oza

El punto de partida de este proyecto nos pareció interesante, ya que ante la premisa de agotar la edificabilidad y con la ubicación de la nueva dotación sobre un sótano preexistente, la posibilidad de revitalizar un entorno poco cualificado donde confluyen varios flujos nos pareció una oportunidad sobre la que trabajar.

Nuestra preocupación se centró en  entender que nuestra acción arquitectónica más que un nuevo edificio, inventaría un nuevo lugar, al introducir un elemento que desajustaría el equilibrio existente.

Se trabaja la escala del edificio desde la aproximación al nuevo espacio público y su comprensión junto al Ayuntamiento, optimizando las condiciones de soleamiento y humanizando los accesos.

El trazado en su perímetro se produce sin retóricas, mientras que el interior es generado como consecuencia del exterior que a modo de burbuja que se hincha intenta ofrecer un nuevo espacio de acogida: una ventana entreabierta.

La fachada al nuevo espacio público se dibuja a partir de sus elementos de ventilación, automática y sistematizada, como una cortina, y el orden de masas y vacíos se trabaja para abrirse a la plaza y relacionarse de forma honesta con las edificaciones circundantes.

Fotografías: Héctor Santos-Díez